Contactar
T. 961 871 359
M. 677 814 605 
pablofabian@terapeutaespecializado.com

Preguntas frecuentes


Respondo tus dudas

  • ¿Qué es una adicción?

    Se considera que una persona es adicta cuando se desarrolla una dependencia psicológica y física, es decir, una conducta repetitiva y compulsiva, ya sea a un lugar, persona, cosa o sustancia. 


    Coexisten la dependencia psicológica y física, que es la respuesta del cuerpo ante esa circunstancia. Puede comenzar como un juego, un desafío entre amigos o bandas o una serie de conflictos que se transforman en: traumas, depresiones, miedos e inseguridades (en alguna etapa de su vida), y su estructura personal no es capaz de canalizar, asimilar y reaccionar de forma constructiva y madura ante estos estados, dejando al individuo indefenso e incapacitado para tomar decisiones coherentes, provocadas por un desequilibrio mental, emocional y físico. 


    Caer en una adicción trae consecuencias muy negativas en el organismo. Y por sobre todo, en su órgano más importante: el cerebro. 


     Cualquier adicción puede convertirse en un peligroso enemigo. Ninguna persona está exenta. 


    También hay que tener muy en cuenta el componente genético (está científicamente probado):


    ¿Por qué? 

    Porque hay una predisposición genética que puede limitar a la hora de afrontar las diversas situaciones que la vida le presenta a la persona.


    ¿Y qué sucede entonces? 

    Se busca equivocadamente una respuesta que jamás llega 


    ¿Qué respuestas se buscan? 

    Una satisfacción rápida y en apariencia cómoda que supla las carencias y el sentimiento de vacío ya existente.           

            

    Muchas personas se embarcan en estas conductas hasta el punto de convertirlas en algo peligroso para ellos mismos y su entorno mas cercano (familia, amigos, trabajo, estudios…etc)-.       

  • ¿El cannabis es tan inofensivo como parece?

    Cada sustancia tiene distintas patologías y cada paciente presenta distintas características en su adicción a la marihuana o hachís (porros), por lo que su tratamiento debe adecuarse según su sintomatología personal.        

     

    Diríamos que es un error llamar a las distintas sustancias adictivas “drogas blandas” o “drogas duras”. La adicción se manifiesta y se expresa con la misma determinación indistintamente de la cantidad o de la progresión de consumo…; esto quiere decir que, si una persona consume solo los fines de semana, pero no sabe divertirse sin esta sustancia, la adicción es igual de poderosa que la que pudiera tenerse con otro tipo de drogas o formas de consumo. La adicción al cannabis acaba por crear dependencia y como consecuencia la pérdida de libertad, autocontrol emocional y psicológico, además de los múltiples daños físicos y orgánicos.         


    El hecho en sí de que una persona fume porros de manera reiterada hasta el punto de que termina dependiendo de estas sustancias (marihuana, cannabis, hachís…) para realizar cualquier tipo de actividad en su vida, no es sino un signo evidente de que detrás hay toda una estructura de personalidad que debe de ser reforzada.         


    ¿Por qué? 

    Porque a corto, medio y largo plazo las secuelas de ser adicto a los porros van siendo más nocivas y como consecuencia en los mejores casos se derivan en mayores problemas de autoestima, pérdida de memoria, ausencia de apetito y sueño entre otras muchas consecuencias, todas ellas van haciendo mella en el paciente.

  • ¿Qué genera el consumo de cocaína a corto plazo?

    La “cocaína” es una droga que genera una rápida adicción, y como consecuencia, deja desprovista a la persona de voluntad para renunciar a su consumo.         


    Las personas adictas a la cocaína tienen diferentes formas de consumir esta sustancia; la vía nasal es la más frecuente, pero, no hay que menospreciar las demás (Intravenosa, untada corporalmente y fumada entre las más comunes…).         


    El consumo de cocaína a corto plazo genera falsa alegría en forma de euforia nos invade, acompañada de sensaciones de tener una mayor capacidad física y mental entre otras falsas sensaciones. A medio plazo este aparente e ilusorio estado de felicidad y bienestar van disminuyendo; se va alternando con una dependencia al consumo cada vez mayor y como consecuencia nos acerca irremediablemente a la adicción, manifestándose en nosotros a través de la sintomatología que la caracteriza (obsesión, psicosis, pérdida de memoria, falta de concentración entre muchas otras…).   

  • ¿Por qué el alcoholismo es tan peligroso?

    El alcohol es reconocido socialmente como una “droga blanda”, personalmente cuestiono este concepto, y además pongo empeño en qué; por ser precisamente una droga tan “aceptada” en nuestra sociedad aun la hace más peligrosa para el adicto alcohólico y para el resto de la sociedad, ¿por qué? Porque justifica su consumo, además de tener una accesibilidad y un componente social que deja al paciente alcohólico impotente ante el bombardeo diario al que está sometido.      

     

    No podemos evitar que el alcohol sea aceptado socialmente y se dispense como se hace, por lo tanto, nuestro tratamiento y terapias se basan en concienciar al paciente de su adicción al alcohol y ayudarle a obtener las herramientas necesarias para poder combatir esta enfermedad.         


    Un alcohólico es una “persona enferma”, porque ha perdido la capacidad para gobernar su vida, su día a día gira en torno al alcohol, su vida no tiene sentido para él y por este motivo necesita adormecer sus sentidos bajo los efectos del alcohol; pero por otro lado el alcohol se ha convertido en un infierno para él, ¿por qué? Porque la obsesión, la dependencia, los engaños y ser testigo en sí mismo de los efectos físicos, psicológicos y emocionales que producen la adicción al alcohol, se convierten en una tortura diaria.         

  • ¿Cómo el consumo de fármacos se convierte en depencia?

    Una de las formas más comunes de “solucionar” determinadas patologías (ansiedad, insomnio, depresión etc…), está basada en la ingesta de determinados “medicamentos”, medicamentos tan adictivos como las benzodiacepinas y derivados del opio como la metadona la morfina y la codeína. También la familia de las anfetaminas recetadas en la actualidad (para “trastornos neurológicos como el TDAH”), y todos sus derivados.   

          

    Estos medicamentos tienen como objetivo anular la consciencia (sentidos físicos), del paciente ¿para qué? para estabilizarlo desde otro estado sensitivo.         


    El desconocimiento lleva a la auto-medicación, el mal uso y abuso, y el exceso de confianza en la recomendación del profesional unido a la insensibilidad del profesional médico en muchos aspectos; puede degenerar en una problemática que supere el problema inicial, es decir: que la intención inicial de reparar un pequeño problema de insomnio acabe por llevar al paciente a ser un adicto a los fármacos en potencia.         


    Si su estado consciente está tapado mediante distintos medicamentos esto creará un grave problema para su crecimiento personal. 

  • ¿Qué es la adicción al juego o ludopatía y qué consecuencias tiene?

    “Perder todo por ganar”, esta frase está llena de incoherencias. Desgraciadamente esta es la incoherencia que vive día a día una persona que tiene problemas con el juego.       

      

    Un “ludópata” es una persona que ha perdido la voluntad para dejar de jugar. Toda su vida gira en torno al juego, no encuentra en ninguna otra cosa un aliciente mayor que la falsa sensación de placer que siente jugando, y que prioriza ante todo la necesidad de jugar. ¿Qué le ha llevado a esta actitud obsesiva? ¿Cuál es el origen de esta enfermedad? Vemos el síntoma y sus consecuencias, pero olvidamos hacernos las preguntas esenciales para sanar esta patología, porque, sí, es una enfermedad generada por una persona enferma al que llamamos “ludópata”. Detrás de la etiqueta hay una persona y una historia de vida (psicológica, emocional y de conducta).         


    Al contrario que otras adicciones la ludopatía no deja desprovisto al paciente de consciencia, por lo que el daño personal que se causa es todavía mayor si cabe, ¿por qué es mayor el daño? Al no perder la consciencia por ningún tipo de sustancia el adicto al juego percibe constantemente el daño que está causando, es una persona que sabe perfectamente y no pierde detalle de que lo que está haciendo no está bien y, por otro lado, carece de voluntad para cesar en su impulso de jugar. Esto hace que la vida del paciente se convierta en un infierno de lucha constante contra su propia voluntad.      

       

    Son muchas las consecuencias y vamos a enumerar algunas: depresión a medio y largo plazo, arruinarse económicamente (el adicto y todas las personas del núcleo familiar y entorno) separación matrimonial, pérdida de autoestima, estados prolongados de mal humor, pérdida de trabajo o estudios, disminución de actividades de ocio, pérdida de amistades y familias.


    Incumplimiento e incapacidad para pagar deudas etc…         


    Estos son algunos de los resultados derivados de ser un adicto al juego, pero, dependiendo de la estructura de cada individuo aún se podrían enumerar más.         

  • ¿Qué es una adicción al sexo o depencia sexual?

    La adicción al sexo o dependencia sexual, también llamada “hipersexualidad o ninfomanía” (en mujeres) y “satiriasis” (en hombres) se caracteriza por tener un comportamiento compulsivo que deriva en la incapacidad de controlar el instinto y comportamiento sexual.        


    La obsesión por la búsqueda de “satisfacción rápida” termina por dejar a la persona desprovista de mecanismos para tener una vida sexual saludable. El estrés, la falta de autoestima, la soledad, la necesidad de complacer (agradar al otro) o la simple costumbre de buscar una recompensa cotidiana, son alguno de los factores desencadenantes de esta patología. Cuando la propia vida gira en torno al “sexo” este se instala como prioridad en el sistema de valores del paciente, incluso dejando de lado las responsabilidades más necesarias. Cuando esto ocurre lo que tenía que ser sencillamente un placer termina por convertirse en una pesadilla.         


    Es una realidad que el modelo social actual potencia el consumo de placer rápido, y como consecuencia promueve la facilidad para obtener rápidamente relaciones sexuales esporádicas, sin compromiso y sin la necesidad de profundizar (compra tu billete al placer sin esfuerzo con destino al caos personal…). Por otro lado, el sexo-adicto dispone de distintos elementos donde manifestar su patología.         

Pide tu primera cita
llámame o envíame un whatsapp


677.814.605
Mereces esta oportunidad

Share by: